Historia
Crevillent ha recorrido un largo camino a lo largo de su historia hasta llegar a nuestros días…
Es hace 18.000 años, en el período del Paleolítico Superior, cuando encontramos el hábitat más antiguo de Crevillent, ubicado en el abrigo de la Ratlla del Bubo, cerca del nacimiento del Barranc de la Rambla. Los primeros habitantes fueron grupos de cazadores recolectores que usaban herramientas de sílex y seguían las manadas de animales salvajes para alimentarse. La Cova del Xorret, en el Barranc de Sant Gaitano, es otro hábitat del Paleolítico superior más avanzado.
En el Neolítico, la época de los primeros grupos de agricultores y ganaderos, entre el 4.300 y el 3.800 a.C. encontramos evidencias de ocupación humana al sur de la localidad, en las tierras fértiles cercanas al área de marjal. Fosas de vertido, semillas y restos de cabañas aparecieron en la partida de l’Alteró.
El primer poblado estable constatado es a finales del Calcolítico o Edad del Cobre en el cerro de Les Moreres, en plena sierra, datándose hacia finales del III milenio a.C. Se trata de un asentamiento amurallado donde vivían en cabañas circulares u ovales construidas de barro, aquí encontramos los primeros útiles metálicos de cobre.
Tras este período llega la Edad del Bronce, que en nuestras tierras se identifica con el grupo arqueológico de El Argar. Es en el Pic de Les Moreres, a principios del II milenio a.C. donde la comunidad humana decidiría asentarse en una de las estribaciones de la cresta. Allí crearon un pequeño poblado de difícil acceso, bien defendido por vaguadas naturales, en el que las casas se emplazan en terrazas a diferente nivel. En el último tercio del II milenio a.C., ya abandonado el Pic de Les Moreres, encontramos hábitat en cabañas en las tierras al sur de la localidad, en el período conocido como Bronce Tardío.
A inicios del I milenio a.C. nos encontramos ante el mejor exponente arqueológico de la localidad. Entre 850 – 550 a.C. se desarrolla el gran poblado del yacimiento de la Penya Negra, en el área del cerro homónimo en plena sierra, conocido en las fuentes históricas como la ciudad de Herna (Ora Marítima). Se trata de un gran asentamiento de 40 ha de extensión ocupado continuamente desde el Bronce Final hasta inicios de la Edad del Hierro o Período Orientalizante. Entre los siglos IX y VIII a.C. habitaban en cabañas circulares de barro rojo y debemos destacar su actividad como centro metalúrgico, donde se halló una de las áreas de fundición metalúrgica más importantes del Mediterráneo occidental. Entre los siglos VII-VI a.C., dentro de un fuerte contacto comercial con los fenicios, se convierte en una gran ciudad de casas cuadradas o rectangulares de zócalo de piedra y alzado de barro, acometiendo obras urbanísticas que modificaron las laderas del entorno y dotándose en el siglo VI a.C. de una muralla.
La época del poblado de la Penya Negra traería consigo la presencia de muchos otros asentamientos contemporáneos en su entorno. Así pues, en el Bronce Final encontramos restos de moldes de espadas y hachas en las tierras de la huerta, concretamente en el yacimiento de El Botx. En el entorno inmediato a la Penya Negra, el cerro de Les Moreres se convirtió en la necrópolis de los habitantes del poblado. En los cerros de Les Barricaes y el Cantal de la Campana se construyeron dos fortificaciones en piedra para controlar las vías de comunicación, y en el Coto Memoria se ubicaría un pequeño asentamiento también destinado al control territorial. La ciudad de Herna (Penya Negra) se abandonaría posiblemente por un suceso violento.
Tras el Período Orientalizante se desarrolla la época ibérica que abarca desde finales del siglo VI a.C. hasta el siglo I a.C. con la conquista romana. Los íberos en nuestra localidad quedan representados en el fortín de El Forat y en la fortificación de El Castellar Colorat, ambos en el trayecto del camino del barranc de la Rambla por la sierra y datados en época ibérica plena, entre los siglos V y IV a.C. En el casco antiguo de la localidad, también se han hallado en las sucesivas excavaciones urbanas restos de cerámica de época ibérica plena pero sin poder relacionarse con evidencias de hábitat, y también en las tierras de huerta meridionales se han hallado bastantes evidencias de ocupación en época ibérica.
Con la llegada de Roma y la fundación de la Colonia Iulia Ilici Augusta (La Alcudia) nuestro término municipal quedaría dentro de su territorio siendo zonas de cultivo. Varias villas romanas de producción agrícola se distribuyeron por las tierras meridionales pero la más destacada y conocida se trata de la villa de la Canyada Joana, donde se excavó en muy buen estado de conservación la pars rustica de una villae. Se trata de un torcularium (almazara) para producir aceite datada entre los años 300 y 500 de nuestra era, aunque se conocen momentos más antiguos que llevan la ocupación del lugar en época romana desde el siglo I a.C..
Desde el fin del período Romano hasta la llegada de los musulmanes en el 711 el hábitat se muestra de forma dispersa en pequeños asentamientos tanto en la huerta como en la sierra con viviendas construidas con materiales perecederos, es decir, en cabañas.
Con la llegada de los musulmanes, los primeros períodos de Al-Andalus contarían con pequeños asentamientos de nuevo dispersos en el sur de la localidad y también con alguno en la sierra, como el del Forat, datado entre los siglos VIII y IX. Es en estos momentos cuando empezarían a construirse los sistemas de riego de qanats en la sierra que conducían el agua barranco abajo, de estos primeros momentos dataría el pequeño acueducto de la Font Antiga.
Sería hacia el siglo XI o XII cuando tendría lugar la formación del actual núcleo urbano, en concreto el conjunto de Vila Vella – Castillo (C/Blasco Ibañez), enclavado en el trayecto del camino que discurría cercano al Barranc de la Rambla. En las fuentes árabes el topónimo de Crevillent se identifica como hisn Qirbylian. Sería un núcleo protegido por una muralla y un castillo o alcazaba que fue derribado en la década de 1920. El período andalusí de nuestro pueblo acabaría en el momento en que tiene lugar el Pacto de Alcaraz en 1243, en el que la Taifa de Murcia (a donde pertenecía Crevillent en el siglo XIII) pasa a formar parte de un protectorado del rey castellano Alfonso X.
En 1265 Jaime I acude a erradicar la rebelión musulmana en el Reino de Murcia, acampado este en Orihuela recibe la visita del hijo del ra’is de Crevillent quien quiso hacerle entrega de los dos castillos que tenía la localidad. Aunque debido al Pacto de Almizra las posesiones no quedarían en manos de la Corona de Aragón si no que se devolvían a Alfonso X de Castilla.
El 17 de mayo de 1296, durante la conquista aragonesa de Jaime II del Reino de Murcia, Crevillent pasa a formar parte de la Corona de Aragón. Pese a ello, el poder de la localidad continuó en manos musulmanas al servicio del rey de Aragón hasta 1317, fecha de la muerte del último ra’is, momento en el que los dirigentes son ya plenamente cristianos.
En 1391 el rey Martí l’Humà vende Crevillent y Elche a la baronía de Barcelona para poder costear la expedición militar sobre la isla de Cerdeña. Formó parte de Barcelona hasta 1473.
En agosto de 1470 la reina Isabel de Castilla toma posesión de Crevillent, el día 24 de agosto del mismo año dona Crevillent y Elche en posesión a Don Gutierre de Cárdenas, familia que ostenta el poder a partir de este momento.
Durante la revuelta de las Germanías en 1520 Crevillent se subleva contra el poder del señor feudal. Un ataque a la localidad desde Elche, conjuntamente con el Marqués de los Vélez, consiguió devolver la plaza al poder de los Cárdenas.
En la primera mitad del siglo XVI tiene lugar el proceso de bautismo forzoso de musulmanes que pasan a denominarse moriscos y a esto hay que añadir la orden de Carlos V de convertir paulatinamente las mezquitas en iglesias. Desde la fundación del Qirbilyan musulmán la mezquita de nuestra localidad se emplazaba en el espacio del actual mercado de abastos y probablemente hacia 1540 ya fue sustituida por una primitiva iglesia cristiana, a la que seguirían una serie de reformas en la década de 1580 y finalizaría la construcción de la torre campanario en el año 1699, actual torre del mercado de abastos que preside la Plaza Vieja.
El 4 de octubre de 1609 tiene lugar la expulsión de los moriscos de Crevillent, quedando la Vila Vella deshabitada y suponiendo una merma demográfica para la localidad. Un año después, en 1610, los Padres Predicadores instauran la cofradía del Santo Rosario, festividad que hoy en día sigue vigente.
En el transcurso de la guerra de Sucesión, en el año 1705, Felipe V de Borbón otorga el título de Villa a la población por su posicionamiento en el bando borbónico.
- Un viaje entre el Oriente y el Occidente del Mediterráneo. Actas del IX Congreso Internacional de Estudios Fenicios y Púnicos, Mytra 5, Mérida. Celestino Pérez, S.; Rodríguez González, E. (Eds.) 2020
- Daniel Belmonte, Francisco Javier Molina, Ana Satorre Pérez: Pedra seca i explotació d’algeps a la serra de Crevillent (2018, Revista del Vinalopó)
- Archivo Municipal Clara Campoamor: Serie Edificios Históricos de Crevillent.